Es bastante común que un taller especialista en neumáticos nos ofrezca inflar los neumáticos con nitrógeno. Pero, ¿sabemos exactamente las ventajas que el nitrógeno le ofrece a los neumáticos?
El aire que respiramos en nuestro día a día es 21% nitrógenos y 78% oxigeno, más un 1% de otros compuestos. Lo que nos indica que en un llenado normal de nuestros neumáticos tenemos presente un 21% de este gas. Un inflado exclusivo nos permite obtener un 99% de nitrógeno.
Esta cantidad nos ofrece una serie de ventajas sobre el inflado tradicional:
– Mantiene la presión de los neumáticos en los niveles recomendados durante más tiempo.
– Mejora el comportamiento del neumático ya que responde de forma moderada al aumento de temperatura causado por la resistencia al rodaje, proporcionando una mayor adherencia de los neumáticos del coche a la carretera y disminuyendo también la distancia de frenado.
– Contribuye de forma eficiente al ahorro de combustible y en consecuencia una reducción de las emisiones de CO2.
En resumen, mientras el inflado con aire convencional dificulta mucho mantener una presión estable en los neumáticos. El nitrógeno ayuda a evitar la pérdida de aire, además de mejorar el comportamiento de los neumáticos a altas velocidades. La única pega que tiene es el valor de su servicio, que suele rondar sobre los 3€ por rueda. Pero es una inversión que se compensa a largo plazo.